sábado, 25 de octubre de 2014

Las reglas del juego



Si vienes, que sea con paso decidido - apuntó él.

Si te vas, que sea porque tiene sentido - añadió ella.

Los miércoles por la noche, déjamelos para soñar.

Los domingos por la tarde, para encontrarme al final de la semana.

Si bailamos juntos, que sea acompasado; mismo bar, misma canción, mismo estribillo.

Si nos ponemos espalda con espalda, que sea para protegernos de las balas perdidas.

Cada grito desafinado, un paso atrás.

Cada falsa verdad, una sonrisa del revés.

Mi firma defiende lo aquí dicho.

Mi rúbrica confirma lo aquí acordado...

...y la última gota de tinta derramada en el papel fue el pistoletazo de salida a una carrera en la que las noches de dormir solos tenían los días contados...


Invitada: Luz Vaquero

Tema: El Hombre Gancho - Mañana será otro día.

jueves, 17 de julio de 2014

Carta de un hombre arrepentido a una mujer despechada




Te echo de menos.

A veces me da por tachar mis recuerdos, jugar a que nunca han existido, que nunca han tenido sentido, pero me despiertan cada noche con la canción que anuncia tu huida. En algún lugar debe haberse quedado enganchado algo que hayas perdido y que egoístamente pienso en la mínima posibilidad de encontrarlo para devolvértelo; y es que a mí me gustaría poder hacerte feliz y, tal vez, a día de hoy no haya descubierto cómo.

Por eso me he propuesto dedicar el resto de mi vida a dibujar una sonrisa en tu rostro. Porque te sigo queriendo y tal vez estar contigo sea la única solución para seguir viviendo. Si te vas tú, se acabó este juego; si vuelves conmigo, vuelve mi vida.

No hay forma de olvidarte ni sustituirte por otra; sigues siendo la dueña de este proyecto de hombre que lo dio todo por estar contigo y que, una vez te tuvo consigo, no supo comprender el tesoro que se perdía si no cuidaba de él. Si es que tú me necesitas como yo te necesito a ti, dame otra oportunidad. Porque sufro si ya no te veo pasar por el parque azul, ese hierático lugar en el que fuimos felices, donde fuimos aprendices de ser lo que ahora somos.

Deseo volver a recorrer esa línea recta que iba de tus ojos a los míos y maldigo esa fantasía que me hacía pensar que el tiempo jugaría esta ronda y se dejaría ganar por nosotros, pues nunca una pareja valió tanto para ganar una partida. Ya no vale la pena dibujar estelas de futuro si mi luz es tan efímera como un suspiro; de nada servirá para mí si mañana amanece el día derrotado y compungido por mi triste final.
Dame tiempo muerto para revivirlo y ofrecerte métricas jamás inventadas hasta hoy, y hacer de nuestras vidas la mejor poesía...

Vuelve pronto, te estoy esperando.

Oye, y si después de todo el rollo este que te he soltado sigues erre que erre con la mala hostia de estos últimos meses y sin hacerme ni puto caso, pues nada... quedamos, follamos y luego que cada uno tire por su camino.

Espero tu respuesta ¿eh?



Tema: Los Jaivas - Run Run se fue pa'l norte

sábado, 28 de junio de 2014

El viaje



Su oficio de cartero no era precisamente el más envidiado del barrio, pero eran muchas las personas que sonreían cuando le veían acercarse con un paquete en las manos. No faltaban las señoras que le preguntaban por la vida de un antiguo vecino que se hizo corresponsal para una radio y enviaba postales a la familia con asiduidad, y ése era precisamente el aspecto que más le agradaba de su trabajo: la cantidad de postales que pasaban por sus manos. Su lado voyeur se veía satisfecho con aquello que leía como si de pequeñas novelas se tratara, a cual más exótica e interesante. Soñaba intensamente con poder realizar algún día viajes tan fantásticos como los descritos en unas cuantas líneas, descubrir lo que había más allá de la línea del horizonte de aquellos paisajes idílicos de las postales; pero en su cuenta corriente tenía más ambiciones que ahorros al 3% TAE, y eso lo retenía en su Kilómetro Cero, en el mismo barrio de periferia del cual no había salido en las últimas décadas.

Sin embargo, la vida a veces te sorprende gratamente, y en su jubilación se encontró con un buen fondo de pensiones que le ayudó a soñar durante dos años, lejos de la realidad que lo acompañaba a diario. Fue la vuelta al mundo más increíble jamás contada. En todos los lugares en los que veía un buzón sacaba siempre cinco minutos para escribirse una postal a sí mismo en compensación a la falta de correspondencia que tuvo a lo largo de su vida. Reconoció paisajes vistos anteriormente en las postales, se decepcionó con algunos de ellos al verlos con sus propios ojos, pero al final el viaje mereció la pena.

El vuelo regular que lo traía de vuelta se adelantó al reparto postal, y una vez en casa empezó a recibir sacos y sacos de postales. Fue entonces, sentado en su butaca de siempre frente al televisor, cuando se dio cuenta de que ni el más bello de sus sueños había dibujado por asomo la intensidad y vivacidad de ese complejo camino. Ahora es un joven cartero recién ingresado en el puesto el que le trae las postales a cuentagotas y sueña con ser algún día como aquel aventurero que le escribe tantas historias increíbles a ese señor.



Temas:
Bosques de mi mente - Semillas de baobab
Clublanders - Tibetan trip
Michael Nyman - Chasing sheep is best left to shepherds

miércoles, 7 de mayo de 2014

La vida en .doc



Apenas empezó el colegio y aprendió a escribir las vocales y su nombre, sus padres le regalaron un lapicero. Le enseñaron que escribir era algo así como deprenderse de una parte de su vida para inmortalizarla y seguir escuchando sus latidos allende la eternidad. Aunque a él le aterraba la idea de desprenderse de algo tan estimado, en el fondo le llamaba la atención el poder que tenían las letras plasmadas sobre el papel. Así, su infancia se consumió girando al compás del sacapuntas. Pero los desmanes y sus primeras decepciones con el mundo le fueron deformando esa caligrafía dulce e inocente de la primavera de su vida, hasta tal punto que llegó a no saber interpretar los símbolos que escribía, lo que quería decir su corazón a través del grafito.

Es por ello que, recién estrenada su pubertad, sus padres le dieron una máquina de escribir y el título de hombrecito. Tenía que aprender a pisar firmemente el presente con perspectivas a un futuro allanado, escribir lo vivido para no caer en los mismos errores en el devenir diario. Aunque en un principio creía estar dando vida a letras sin identidad propia, todas con la misma forma perfecta y en renglones rectilíneos, se acostumbró a escribir en los días de sol imitando con el tecleo el sonido de las gotas desintegrándose contra el suelo cuando llovía. Pero la lluvia se mimetizó con aquella melodía de piano sordo y empapó el testimonio de todo lo vivido en esos años, formando ríos de tinta que perdieron todo el significado que les caracterizaba.

La vida seguía un ritmo cada vez más vertiginoso y el escriba no podía resumir todo lo que pasaba delante de sus ojos. Como ver pasar la vida sin contarla se le antojaba sinónimo de no haberla vivido, sus padres le obsequiaron con un ordenador de última generación. Maravillado por la capacidad de corregir sin dejar un borrón negruzco y escribir sin necesidad de utilizar papel que quedara relegado a los cajones del olvido, relató con una intensidad de cincuenta kilobytes de memoria consumidos por día. Sus dos gigas de RAM facilitaban su vida de tal manera que incluso empezó a escribir de lo que no había vivido aún  para tener la lección aprendida cuando llegaran esos días. Mas su corta experiencia en el ámbito de la vida moderna le impidió proteger su corazón con un antivirus actualizado e inmune a los contratiempos del destino. Todos sus archivos fueron fulminados por un troyano sin conciencia ni reparo alguno y, cuando apagó su ordenador por última vez, sintió que su vida se iba con ese cierre de sesión.


Tema: Bosques de mi mente - Nostalgia

domingo, 30 de marzo de 2014

La dignidad que nunca tuvimos

Quedamos en la plaza de siempre a la hora señalada. Sería algo como lo vivido en los últimos tiempos, pero a lo grande. Esta vez venían de otros sitios, de más lejos, llevaban días caminando. Nadie se lo quería perder, la fiesta por el cambio, por el comienzo de los nuevos tiempos. Los ingredientes estaban sobre la mesa, gente cansada del caucho de la bota que los pisa cada día cogidas de la mano, avanzando juntos en la misma dirección. Fueron poco más de dos kilómetros de camino, pero nos llevó toda una tarde recorrerlos. Aquello estaba de bote en bote, la convocatoria había sido todo un éxito, la mayor concentración que recuerdan los viejos del lugar. Los cánticos nos unían aún más, esa letra que nos aseguraba que otro mundo era posible. Poco después de ponerse el sol llegaba la hora de despedirse de los amigos y los invitados de ocasión. La ceremonia había merecido la pena y ya sólo quedaba grabar en vídeo las crónicas que las distintas cadenas hubieran hecho de ese histórico día. Pero al llegar a casa la realidad cambió por completo.

- ¡Hijo, no me gusta que te juntes con esa gente!
- Pero ¿por qué? Hemos sido casi dos millones marchando al unísono contra las injusticias del presente ¡Ha sido increíble!
- ¡No! Habéis sido doscientos y habéis arrasado con el Congreso, la Moncloa, la Zarzuela, el hogar del pensionista y la cafetería El brillante ¡Tendrán que restaurar todo Madrid por vuestros destrozos! 
- Y ¿dónde has visto tú todo eso?
- ¡En la televisión, hijo, dónde lo voy a ver!

En mi mano, un mando, y en el mando, un botón. Fue pulsarlo y la realidad cambió por completo. Madrid se encontraba en ruinas y la gente tendría que emigrar a otra ciudad porque no quedaba una estructura en pie, todo por culpa de unas docenas de personas que habían -habíamos- quedado para poner fin a una democracia modelo e instaurar la dictadura del terror. Fue tal la unanimidad de las televisiones que no tuve otra opción que claudicar y pensar que lo vivido esta tarde había sido producto de mi imaginación. Que somos unos terroristas, que todo es mejor como está hasta ahora y que nunca -NUNCA- tuvimos dignidad.



Invitada: mi santa madre.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Instrucciones

Esto no es un blog. Por su extensión podría denominarse audioblog, pero no me gusta la evolución lineal de los términos. No es prosa ni poesía ni nada que se le parezca. No nace como fenómeno, simplemente se quiere dar a conocer. Si no le gusta lo que escucha en este lugar, intente darle una segunda oportunidad. Si continúa insatisfecho y opina que la situación va a peor, le invito a visitar otras páginas; actualmente en la red hay cientos de millones de páginas web y estoy seguro de que al menos existirá una acorde a sus gustos al cien por cien. Si, por el contrario, observa que el contenido que aquí se exhibe le resulta agradable y podría afectar de manera positiva en su persona; siéntese, relájese y disfrute. Bienvenido a la banda sonora de lo vivido hasta el momento.